El zigurat de Ur, manifestación y resabio del poder

Desde los tiempos más remotos de la especie humana, ésta ha intentado por todos los medios crear y vincularse con innumerables dioses que a su parecer no solo ratificarán su ascendencia divina, sino que en algunos casos legitimarán su poder político y militar ante súbditos y otros pueblos; y las monumentales construcciones que se edificaron en diversas regiones alrededor del mundo, son clara manifestación de ello. El caso del zigurat ubicado en la ciudad de Ur, también conocida como Urim por los Sumerios [Kramer, 1963, pag.28] en la antigua Sumeria lo que hoy es Irak, merece particular atención, no solo por el hecho de que aún se conserva gran parte de su estructura, sino porque fue construido por la que es considerada una de las primeras grandes civilizaciones en la historia de la humanidad [ídem, pag.3].

De forma similar a lo que sucedió con las pirámides erigidas en América latina, el Zigurat de Ur fue dedicado a una deidad, en este caso al dios luna Nanna-Sin [Roche, 2004, pag.63] y era una edificación que oscilaba entre los veintiuno y veintidós metros de altura, en cuya cúspide se levantaba un pequeño santuario, el templo propiamente dicho, así como cámaras de almacenaje y oficinas [Kramer, 1963, pag.137], lo que hace pensar que además de fungir como centro religioso, en él se llevaban a cabo actividades administrativas. Debido a que los templos eran el lugar más importante de las ciudades sumerias, inicialmente eran construidos sobre simples plataformas con la idea de que sobresalieran del paisaje circundante, y con el paso del tiempo estas construcciones dieron paso a los zigurats [ídem, pag.73].

Era tal la importancia que tenían las deidades en el pueblo Sumerio, que aún cuando la mayoría de los zigurats construidos estaban orientados de acuerdo a fechas calendáricas como los equinoccios, en el caso de Ur, su orientación está determinada por el lugar de nacimiento del dios Nanna en la bóveda celeste [Nadali, Polcaro; 2016, pag. 106]. Importante resulta mencionar que la palabra zigurat viene del asirio y significa “altura” o “pináculo” [Steele, 2007, pág.24] y de acuerdo a algunos autores, los zigurats representan montañas religiosas [Roche, 2004, pag.64] a través de las cuales se le permitía a los Sumerios acercarse al cielo en donde residían sus dioses, de lo que se infiere su intención de unir lo terrenal y lo celestial.

Según estudios realizados por algunos investigadores [ídem, pag.63] todo parece indicar que el Zigurat de Ur estaba conformado originalmente por tres plataformas escalonadas a las que se accedía a través de escalinatas de escala monumental; una frontal (parámetro que define la orientación del zigurat), la cual iba estrechándose a medida que se ascendía hacia la cúspide, y mediante escalinatas perpendiculares laterales construidas en cada una de las plataformas existentes.

Vehículo blindado de seguridad, estacionado junto al Zigurat de Ur de 4000 años de antigüedad. Fotografía: Michael Taylor, 2011. Fuente: archeology.org.

La idea de dominar el paisaje desértico para poder vislumbrarse desde las lejanías e identificarse como un gran centro sacro, hizo que Ur-Nammu, el fundador de la Tercera Dinastía de Ur [ídem] pusiera su empeño en la construcción de gran parte del zigurat, que con sus basamentos en talud, las líneas verticales formadas por los relieves en sus muros y el color rojizo de todo el conjunto, lo integraban a dicho paisaje mientras se imponía al mismo tiempo por sobre los demás edificios que lo circundaban.

Tal como sucedió con otras tantas construcciones antiguas de tal envergadura, tenemos que en el caso del Zigurat de Ur, hubo fases arcaicas del monumento [Benati, 2013, pag. 197], y las cuales según excavaciones realizadas, se encuentran en el basamento del edificio; dichas construcciones sufrieron modificaciones a través del tiempo y culminaron con lo que hoy aún puede observarse. Sumamente interesante es que gracias a investigaciones arqueológicas realizadas, sabemos que los muros del Zigurat de Ur están fabricados en su interior con bloques de adobe, o barro secado al sol y forrados con ladrillos cocidos, a diferencia de otras grandes construcciones hechas con piedra, un material de dureza superior; lo que nos da cuenta de la destreza que poseían los habitantes de estas grandes civilizaciones al no disponer de otros materiales más que la tierra que los rodeaba para poder crear tan magníficas edificaciones. Lo anterior explica también, el evidente deterioro que ha sufrido el zigurat a lo largo de los años, y aunque tuvo una restauración importante durante el gobierno de Sadam Hussein [Taylor, 2011] los acontecimientos suscitados a raíz de la invasión de los Estados Unidos de América a Irak, y particularmente debido a que al norte del monumento se construyó la base aérea Tallil, cerca de Nasiriya, Irak -antes dirigida por los irakíes y actualmente por los estadounidenses- provocó grandes daños a los muros del zigurat [Curtis, 2007, pág.3] por impactos de bala.

Es tal la situación que se vive en dicha zona, que de acuerdo a reportes de instituciones como The British Musem [ídem,] actualmente los habitantes originales, incluso investigadores e historiadores irakíes no pueden acceder al monumento sin previa autorización de los militares que la resguardan, en cambio, éstos últimos han tenido desde la ocupación, acceso total al monumento.

La importancia que posee el Zigurat de Ur, estriba no solo en su valor histórico como objeto arquitectónico y arqueológico, sino en lo que representa como manifestación tangible de la dualidad de las aspiraciones humanas; por un lado, producto de la búsqueda de la divinidad, fue erigido sin más pretensión que la de adorar a un dios y, por otro, la búsqueda de poder, ha provocado no solo su paulatino deterioro, sino además en últimas fechas, su parcial aislamiento del pueblo que vio en dicho monumento sus deseos más profundos de purificación.

BIBLIOGRAFÍA

Kramer, Samuel Noah (1963). The sumerians. The University of Chicago Press.

Roche Cárcel, Juan A. (2004). Del soberano como un gran hombre al monarca divino,del Zigurat mesopotámico a la Pirámide de Egipto. Sección de Arqueología Diputación Provincial de Huelva. España.

Nadali, Davide; Polcaro, Andrea (2016). The sky from the high terrace: study on the orientation of the ziggurat in ancient Mesopotamia. Mediterranean Archaeology and Archaeometry.

Steele, Philip (2007). Ancient Iraq. Dorling Kindersley Limited, London.

Benati, Giacomo (2013). The «arcaic I» fase of the ziqqurat terrace at Ur, a contextual reassessment. Rivista di archeologia, epigrafia e storia orientale antica. Università di Torino.

Curtis, J.E. ( 2007). Ur of the Chaldees in February 2007. Department of the middle east, The British Museum.

Taylor, Michael (2011). Letter from Iraq: The Ziggurat Endures. Archaeology. Archaeological Institute of America. Recuperado de: https://archive.archaeology.org.

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